Taller de Ángeles – Un Café con Jesús – Día 30
Hoy es el Último día de “Un Café con Jesús”! Pero no te preocupes, la amistad de Jesús es eterna!
Cada mañana, preparate un café y dedica un par de minutos a conversar con Él. A la hora del almuerzo, cuéntale como va tu día. Justo antes de dormir, comparte con Jesús cada detalle de tu jornada, tanto las victorias como los desafíos diarios. Recuerda que una gran amistad depende de una comunicación constante, pasar tiempo juntos, compartir en las buenas y en las malas, y pedir ayuda cuando necesites apoyo.
Hoy el cafecito es un café el glorioso de todos. Hablaremos de la resurrección de Jesús. Desde el punto de vista, de que Jesús esta vivo! Tiene un cuerpo celestial y está con nosotros para toda la eternidad.
¿QUÉ ESPERA JESÚS DE SUS AMIGOS?
Según sus propias palabras, Jesús espera hacer más discipulos al rededor de todo el mundo, que todos tengan la oportunidad de recibir el bautismo y sus enseñanzas, así como también entender que Él está aquí por y con nosotros. Pero, ¿Qué significa esto?. Quiere decir que Jesús quiere que como amigo, le ayudes hacer más amigos, para que ellos también puedan renovar sus vidas, creer en Él y vivir una vida eterna en el Reino de los Cielos.
«Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
Salmo 23:4
En resumen, Jesús es el eterno amigo en el que puedes confiar en todo momento y en todo lugar. Deseando que cada vez su mensaje de amor y salvación nos alcance a todos, todo el tiempo.
Jesús y yo hemos disfrutado cada momento que hemos compartido en esta experiencia.
Recuerda en el video final:
La Experiencia Virtual por Zoom será el gran cierre.
Vamos hablar ahora con nuestro amigo Jesús, sobre sus última reuniones con sus amigos, después de su resurreción!.
El cafecito ya está en la mesa!
Visualización: Jesús, La Reunión!
El cafecito de hoy es glorioso!. Es el tipo de café que nos invita a brindar en nombre de la amistad eterna!
¡Mi querido Jesús! Por favor, háblanos de las cosas que pasaron después de que resucitaste.
Así que ahí estaba yo, en esa mañana soleada de domingo, listo para sorprender a mis amigos con una aparición lleno de vida, después de haber pasado por algunas situaciones un tanto complicadas recientemente, la crucifixión y todo eso. Pero sabes, Nadie puede derrotar a Dios con un par de clavos y una tumba sellada, ni la muerte pudo detenerme. Después de 3 días, abrí los ojos y sentí de nuevo el calor del sol. Salí de esa tumba, más vivo que nunca.
La primera persona en ver mi tumba vacía fue María Magdalena, fue corriendo a dar la noticia a los demás. Regresó con dos de mis apóstoles a confirmar lo que había pasado y cuándo se fueron ella se quedó llorando. Se le apareció un ángel y le preguntó porqué lloraba. Ella respondió: “Porque alguien se ha llevado el cuerpo de mi Señor, y no sé dónde lo habrá puesto”. Luego volteo la cara y me vió pero pensó que era el jardinero ¡ja, ja, ja!. Fue a la primera persona a la que me le aparecí, pero no me reconocío hasta que la llamé por su nombre. Le pregunté: María, ¿Por que lloras?… Aww! Allí si supó que ella yo… “Maestro”. Y le pedí que diera la noticia. Entonces María corrió emocionada para compartir la buena nueva con los apóstoles.
Luego está ese inolvidable encuentro en el camino de Emaús. Dos discípulos estaban caminando tristes y desilusionados por lo que había ocurrido. Pero entonces, sin que se dieran cuenta, me uní a ellos en su caminata. Les pregunté qué los tenía tan preocupados. Pero ellos tampoco me reconocieron al principio, lo cual siempre me divierte.Comenzamos a conversar, y les pregunté por qué estaban tan preocupados. Ellos, sin saber quién era, compartieron conmigo los sucesos recientes, incluida la crucifixión y los rumores de la tumba vacía. Yo les expliqué las Escrituras y cómo todo lo que había sucedido era parte del gran plan divino. A medida que avanzábamos en nuestra conversación, sus corazones comenzaron a arder de esperanza y entendimiento.
Finalmente, llegamos a una posada, y aunque yo seguía siendo un extraño para ellos, los discípulos me invitaron a quedarme y cenar. Fue en el momento en que partí el pan y lo compartí con ellos que sus ojos se abrieron y reconocieron quién era yo. En ese instante, desaparecí de su vista, pero el impacto de nuestra conversación y la revelación de mi presencia resucitada quedaron grabados en sus corazones. Con alegría y asombro, los discípulos se dieron cuenta de que habían caminado y compartido su pesar con el mismo Jesús que había resucitado de entre los muertos. Una vez que mis amigos me reconocieron, desaparecí otra vez. Ellos regresaron inmediatamente a Jerusalén para compartir la buena noticia con los otros seguidores. Anunciaron que habían visto al Señor y que había resucitado de entre los muertos,
Luego llego la gran reunión con todos mis amigos los apóstoles fue increíble. Hablamos, comimos juntos, compartimos historias y reímos. Ah, esa reunión fue realmente inolvidable. Imagínense sus caras cuando me vieron entrar por la puerta, “¡Sorpresa! ¡Estoy de vuelta!” Bueno, tal vez no usé exactamente esas palabras, pero ya me entienden. Hubo abrazos, lágrimas de alegría y algunas miradas de incredulidad. Pero una vez que superaron el shock inicial, fue un momento realmente emocionante para todos. Pero sintieron miedo de que los dejara solos.
Les dije que no se preocuparan, que el Espíritu Santo vendría a guiarlos y fortalecerlos. Estaban asombrados. Y yo les decía: ¡Vamos, chicos, tienen todo el poder con ustedes ahora! Ahora era su misión de difundir mi enseñanza, por todo el mundo.
Después de pasar algún tiempo con mis amigos, decidimos tomar un pequeño descanso y subir a una montaña para relajarnos. Pero, ¡vaya sorpresa me llevé allí! De repente, empecé a brillar, mi ropa se volvió súper blanca, demasiado! Para la maravilla de todos, se aparecieron a mi lado, mis grandes amigos: Moisés y Elías. Fue una especie de transfiguración de súperestrella, si me preguntas.
Por supuesto, mis amigos no sabían qué hacer o qué decir. Pedro, como siempre, se emocionó y comenzó a divagar sin sentido. Pero bueno, les aseguré que todo estaba bien y que solo era un recordatorio de que había cosas más grandes en camino.
Llegamos al momento final de contarles la historia que quiero compartir hoy con ustedes: mi ascensión al cielo!. Esa parte fue un poco más discreta. Nos reunimos en un lugar tranquilo, mis amigos y yo, y de repente, ¡puf!, me elevé en el aire hasta desaparecer de su vista. Sí, el corazón se me pusó chiquitico cuando los veía desaparecer mientras me alejaba entre las nubes.
Pero, sabes, no creas que me fui del todo. Algún día volveré de nuevo para seguir compartiendo nuevas historias!
Aunque ya no estoy físicamente aquí contigo, todavía estoy vivo y sigo presente. Mi espíritu sigue aquí a tu lado! Y con mi cuerpo celestial aún puedo parecer y desaparecer, incluso hasta comer pan o tomar café. ¿No es maravilloso?. Lo mejor de todo esto es que tendrás un cuerpo como este en el Reino de los Cielos.
Quiero pedir que mi enseñanza continúe viva en tu corazón, y que la lleves a todos aquellos que necesitan de mí. En cada acto de amor, en cada gesto de compasión y en cada palabra amable que hagas por alguien… allí estaré yo porque lo haces por mi.
Gracias por tu hermosa amistad!
Gracias Jesús. por tu eterna amistad, porque gracias a ti yo soy!
Ahora es el momento de hablar con Jesús! Abre tu corazón y cuéntale lo que ha sido para ti esta experiencia.
Jesús te ha escuchado, ahora dile con todo tu corazón: Cuenta con mi amistad Jesús!
Cuenta con que Jesús será tu mejor amigo durante toda la eternidad!
Hoy es el gran evento virtual por Zoom!
Nuestro último cafecito para el cierre de esta gran experiencia… No puedes dejar de asistir.
Jesús y yo te estaremos esperando con mucho entusiasmo.
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