Taller de Ángeles – Un Café con Jesús – Día 17
Bienvenidos al día 17 de un encuentro con Jesús!
Que alegría verte de nuevo para otro cafécito!
Hoy vamos reflexionar sobre la fe y la esperanza en tiempos difíciles.
El café se está preparando. Jesús quiere decirte hoy:
…¡Tranquilos, soy yo! No tengan miedo.
Mateo 14:27
Porque todos y cada unos de nosotros estamos pasando por tormentas de las cuáles muchos no saben, o hasta puede que nadie sepa absolutamente nada.
Pero no temas, Jesús está aquí. Es Él… y acaba de pedirte que ya no tengas miedo!
Es hora de compartir nuestro café desde la mas profunda confianza!
Visualización: Jesús, Fe y Esperanza!
Aquí está nuestro Cafecito de hoy!.
Jesús, hoy quiero pedirte que nos hables sobre la fe y la esperanza en los momentos díficiles de la vida. ¿Qué podemos hacer?.
Amigo, cuando lleguen los desafíos de la vida, mantengan la fe, mantengan la esperanza y no pierdan de vista su confianza en mí. Yo siempre estaré aquí para guiarte a través de cualquier tormenta. ¡Vamos, que tenemos un largo camino por recorrer juntos en la vida. Para explicarles como lograr esto les voy a contar dos momentos que recuerdo y que pueden ayudarlos a entenderlo.
Una vez, en medio de una gran tormenta en el mar de Galilea, los apóstoles y yo estábamos en un barco siendo golpeados por las olas. Los vientos soplaban con tanta fuerza que hasta los más experimentados pescadores temían por sus vidas. Y allí estaba yo, mi barco balanceándose de un lado a otro como si fuera un juguete en las manos del viento. Mientras todo el mundo estaba asustado y gritando: “¿Qué hizo Jesús?”… pues yo estaba durmiendo plácidamente como un bebé en la popa del barco. Descansando profundamente como si nada estuviera pasando. ¡Ellos no lograban entender ¿Cómo yo podía dormir tan sereno en ese momento!?
“¡Maestro, maestro!”, gritaron mis amigos los apóstoles mientras me despertaban, “¿No te importa que nos ahoguemos?’ – “Claro que me importa”, les dije con una sonrisa tranquila, y luego ordené que los vientos y la tormenta se callaran – “¡Silencio! ¡Paz!“… E inmediatamente, las olas se calmaron y todo el mundo se quedó atónito.
Entonces les pregunté: “¿A qué se debe tanto miedo?, ¿No creen que yo estoy con ustedes en todo momento?” Y amigo querido, esa pregunta va para ti también. Cuando la vida te golpea como una tormenta, y es algo natural que le pasa a cualquiera! Mantén la calma y confía en que estaré allí contigo en todo momento. Siempre estoy aquí para guiarte cuando el camino se ve difícil.
Un día, mis apóstoles y yo tendríamos una experiencia que desafiaría las leyes de la gravedad y el sentido común. Decidí caminar sobre el agua. ¡Sí, eso fue lo que hice! Sí, ¡Literalmente sobre el agua! Estaba allí con mi flotador espiritual listo para enseñarles a mis alumnos sobre la fe y la esperanza!
Imagínate la escena: aguas calmadas, cielo estrellado y allí voy yo, caminando sobre las aguas como si estuviera paseando por un parque. Mis apóstoles no podían creer lo que veían. No los culpo, ¡estaba fuera de las leyes naturales!
Pero aquí viene la parte importante, mi amigo: en medio de todo ese espectáculo acuático, le dije a Pedro, uno de mis fieles seguidores, “Oye, Pedro, ¿por qué no vienes y te unes a mí?” Y Pedro, siempre tan audaz, decidió aceptar el desafío.
Así que Pedro dio un paso fuera del bote y comenzó a caminar sobre las aguas. ¡Sí, lo hizo! Pero, aquí viene el giro de la historia, amigos y amigas. Mientras Pedro mantenía su mirada en mí, en ese momento mágico, seguía caminando sin ningún problema. ¡Era un verdadero milagro!
Sin embargo, como en todas las historias emocionantes, siempre hay un pero. ¿Adivinen qué pasó cuando Pedro apartó la mirada de mí y empezó a mirar hacia abajo? Se empezó a hundir! Más rápido que una piedra en un estanque. Afortunadamente, extendí mi mano y lo salvé de un chapuzón vergonzoso.
Ahí está la lección de estas dos historias que viví hace tantos años:
Mi primer consejo para ti es que cuando sientas miedo, refuerza tu fe en el Padre Celestial. Yo tuve tanta fe en que mi Padre nos estaba cuidando que pude dormir como un bebé en la tormenta. Nunca pienses que no me importas! Recuerda que si me llamas y acudes a mi, yo puedo traer la paz de regreso!
El segundo consejo es que no pierdas nunca de vista tu confianza en mí, porque yo soy la roca sobre la que puedes apoyarte. Si solo crees en tus propias fuerzas podrías hundirte! Pero si me buscas yo te extenderé la mano.
La fe es el ancla que te mantiene firme, y la esperanza es la luz que te guía en los momentos oscuros.
Gracias Jesús por compartir esta enseñanza sobre la fe y la esperanza. Ya sé lo que debo hacer cuando las cosas se compliquen en mi vida!.
Ahora abre tu corazón y habla con Jesús sobre esos desafíos que estás enfrentando en tu vida ¿Cuáles son las tormentas de tu vida? ¿Te has sentido que te hundes de alguna manera? Hablar de estas tormentas te ayudará a fortalecer tu fe y tus miedos morirán de hambre .
Jesús, te ha escuchado, te extiende la mano y te pide que la tomes para que te apoyes en Él!.
¡Sigamos caminando sobre las aguas, llenos de fe y esperanza de la mano de Jesús!
Mañana nos espera otro cafecito!
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