Aquí está nuestro Cafecito de hoy!.

Jesús! Me encanta tener esta oportunidad de conversar contigo. Hay algo que siempre me ha intrigado: ¿Cómo es posible que seas 100% Dios y 100% hombre al mismo tiempo?

¡Hola! Me alegra que tengas esa pregunta. Es cierto, soy completamente Dios y completamente humano. Como Dios, tengo el poder de hacer milagros, resucitar muertos y expulsar demonios. Estos actos divinos revelan mi autoridad y señalan la llegada del Reino de Dios.

Sintía hambre, dolor, temor, sed, cansancio, dormía… Experimenté todas esas cosas humanas.

Cuando me hice hombre, me sometí a todas las limitaciones y experiencias humanas para estar más cerca de ustedes y comprender plenamente sus alegrías y desafíos.

Fui un ser humano como tú en todos los aspectos, excepto que no cometí pecado. Me hice hombre para estar presente entre ustedes y poder estar aquí contigo disfrutando este café.

Siendo Dios, me convertí en uno de ustedes para comprender plenamente sus alegrías y desafíos. Quería estar cerca de ustedes, amarlos y mostrarles el camino hacia una vida plena. Me identifiqué con ustedes en todo.

Es maravilloso pensar en el amor y la compasión que sentí por la humanidad al hacerme humano. Quería que supieran que no están solos en sus luchas, que entiendo sus emociones y estoy aquí para ayudarlos en todo momento.

Así que, aunque pueda parecer extraño, soy Dios y humano a la vez. Pero todo esto lo hice por ustedes, porque los amo y quiero lo mejor para cada uno de ustedes.

¡Eso suena increíble! Gracias por explicarnos Jesús. Me hace reflexionar sobre tu humildad y amor por la humanidad.

Ahora de la misma forma, Jesús quiere que le digas ¿Cómo lo ves como Dios? ¿Cómo lo ves como hombre?

Jesús, te ha escuchado con gran interés y la alegría de saber que ahora puedes ver su parte divina y su parte humana al mismo tiempo.

¡Sigamos caminando al lado de Jesús, Dios mismo que se hizo hombre para estar entre nosotros!

Mañana nos espera otro cafecito!