Semana Santa – Miércoles Santo
Preludio de los días más intensos y dramáticos.
Hoy es Miércoles Santo
La primera parte de la Semana Santa cristiana llega a su fin con la celebración del Miércoles Santo.
El Miércoles Santo marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua. Es el día en que se reúne el Sanedrín, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús.
La Última Cena
Misa de Miércoles Santo
la Santa Misa de hoy Miércoles 31 de Marzo de 2021.
Semana Santa en Sevilla
Siga el video del recorrido de las hermandades del Miércoles Santo de la Semana Santa de Sevilla 2019 a su paso por Campana.
Lectura del Evangelio
Día litúrgico: Miércoles Santo
Texto del Evangelio (Mt 26, 14-25) En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él contestó:
ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: El Maestro dice: “Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”.
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
¿Soy yo acaso, Señor?
Él respondió:-
El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
¿Soy yo acaso, Maestro?
Él respondió:
Tú lo has dicho.
Palabra del Señor
Comentario:
«¿Acaso soy yo?»
Hoy, el Evangelio nos presenta tres escenas: la traición de Judas, los preparativos para celebrar la Pascua y la Cena con los Doce.
La palabra “entregar” (“paradidōmi” en griego) se repite seis veces y sirve como nexo de unión entre esos tres momentos: (i) cuando Judas entrega a Jesús; (ii) la Pascua, que es una figura del sacrificio de la cruz, donde Jesús entrega su vida; y (iii) la Última Cena, en la cual se manifiesta la entrega de Jesús, que se cumplirá en la Cruz.
Queremos detenernos aquí en la Cena Pascual, donde Jesucristo manifiesta que su cuerpo será entregado y su sangre derramada. Sus palabras: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará» (Mt 26,20) invita a cada uno de los Doce, y de modo especial a Judas, a un examen de conciencia. Estas palabras son extensivas a todos nosotros, que también hemos sido llamados por Jesús. Son una invitación a reflexionar sobre nuestras acciones, sean buenas o malas; nuestra dignidad; plantearnos qué estamos haciendo en este momento con nuestras vidas; hacia dónde estamos yendo y cómo hemos respondido al llamado de Jesús. Debemos respondernos con sinceridad, humildad y franqueza.
Recordemos que podemos esconder nuestros pecados de otras personas, pero no podemos ocultarlos a Dios, que ve en lo secreto. Jesús, verdadero Dios y hombre, todo lo ve y lo sabe. Él conoce lo que hay en nuestro corazón y de lo que somos capaces. Nada está oculto a sus ojos. Evitemos engañarnos, y recién después de habernos sincerado con nosotros mismos es cuando debemos mirar a Cristo y preguntarle «¿Acaso soy yo?» (Mt 26,22). Tengamos presente lo que dice el Papa Francisco: «Jesús amándonos nos invita a dejarnos reconciliar con Dios y a regresar a Él para reencontrarnos con nosotros mismos».
Miremos a Jesús, escuchemos sus palabras y pidamos la gracia de entregarnos uniéndonos a su sacrificio en la Cruz.
Salmo 68
Respuesta de los fieles: «Señor, que me escuche tu gran bondad
el día de tu favor»
Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre.
Porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí.«Señor, que me escuche tu gran bondad
el día de tu favor»La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero compasión, y no la hay; consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre.«Señor, que me escuche tu gran bondad
el día de tu favor»Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. Miradlo, los humildes, y alegraos;
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos.«Señor, que me escuche tu gran bondad
el día de tu favor».
Aquí en Venezuela, el miércoles santo se acostumbra a sacar la imagen del nazareno de san pablo en procesión, es muy hermosa la caminata y muchas personas se visten de morado en señal de pago de alguna promesa cumplida por nuestro señor. Bendecimos nuestros alimentos pidiendo que no nos falte y que sea para nuestro bien y para el servicio de dios.
Si, bendigo todo! y en la bendición de mis alimentos pido q no falte en ningún hogar sobretodo en los más necesitados.